sábado, 20 de abril de 2019

Why I Chose Batman (Stephen King)

Una noche más combatiendo el crimen.




Cuando era niño, ciertas preguntas tenían que ser contestadas....o al menos discutidas, si hallarles una respuesta era imposible.

Una era que si creías en la Serie Mundial, la racha sin hits de Don Larsen era maestría, destino o simplemente una tonta suerte.

Otra se refería a lo que se encontraba dentro de las pelotas de golf. Es decir, todos sabíamos que se encontraba dentro de la superficie blanca: millones de ligas. Pero había algo más en el exacto centro. Un líquido que muchos creían era el veneno más letal del planeta; otros consideraban era una sustancia tan peligrosa que te destrozaría los dedos al contacto, dejando los huesos; y otros la creían un explosivo que detonaría al contacto con el pavimento.

Estaba la pregunta del por qué personajes de Disney llevaban guantes blancos. La pregunta de si siquiera existía un set completo de cartas verdes de Davy Crockett (las rojas simples de conseguir, pero las verdes eran particularmente escasas). La pregunta de si saldrías de cabeza en China si existiera la posibilidad de cavar un hoyo de aquí hasta allá por el centro de la Tierra.

Eran las preguntas que se respondían cuando tenías pereza de nadar hasta la balsa. Solo te tirabas a reposar en la playa. O cuando caminabas a casa desde el campo de béisbol en un acalorado verano, con los pies quemándose dentro de tus tenis. O antes de dormir en los campamentos.

Y una siempre era esta: ¿Prefieres a Batman o a Superman?.

Yo siempre elegí a Batman.


Me imagino que muchos amigos míos no se acuerdan de los cómics ni de la pregunta, pero me alegro de contarles que yo jamás crecí. Solo me salió pelo en algunas partes de mi cuerpo y desarrollé una gran responsabilidad en el corazón, teniendo amigos que vivieron lo mismo: amamos a nuestra esposa e hijos, hacemos nuestros trabajos, pero también seguimos leyendo cómics.Y yo todavía elijo a Batman.

Esto no es para decir que no me gustó Superman; permítanme decirles a todos los que aullan por mi sangre (incluyendo editores, escritores e ilustradores que darían sus vidas, y sus sagrados cheques por proteger la imagen y el buen nombre del Hombre de Acero) que me gustaba mucho. No podía no agradarte, porque era de los buenos (y, contrario a los pensamientos de algunos estúpidos de antes y de ahora, los niños se sienten naturalmente atraídos por los buenos....gracias a Dios) porque contaba con todos los geniales poderes, por tener un repertorio variado de enemigos para batallar (incluyendo el pequeñuelo con el nombre impronunciable -al que todos pronunciábamos Mixtaplic- y que para regresarlo a la cuarta dimensión debías engañarlo a decir Kinzplap o algo parecido), porque contaba con impresionantes amigos (como Perry White, quien era J. Jonah Jameson mucho antes de que el trepa muros se graduara de los pañales a los pantalones).

Pero había algo de Superman que siempre encontré un poco....déjenme ver. No decepcionante, eso no es lo que quiero decir pero -esperen, lo tengo.Preordenado. Era muy fuerte para mí, demasiado capaz, quizá porque yo era un niño que usaba gafas gruesas, o tal vez porque el concepto de invulnerabilidad le daba una ventaja injusta (ser bueno siempre debe ser más difícil que ser malo). Tomen por ejemplo el súper aliento. ¿Es justo poder soplar a Metrópolis luego de que Lex Luthor la hizo volar sobre el Atlántico con jets de poder nuclear?. Quizá, pero yo, yo tenía algo de complicaciones con el concepto. Contaba con su Talón de Aquiles, desde luego, pero era (al menos hasta que los editores empezaron a confundir Kriptonita roja, Kriptonita amarilla y quizá hasta la Kriptonita de color pistache) demasiado pequeño.



Batman, sin embargo, era solo un tipo.
Un tipo rico, sí.
Un tipo fuerte, lo concedido.
Un tipo inteligente, apuesto a que sí.
Pero....no podía volar.


Pienso que esto formó mi preferencia más que otra cosa. Recuerdo los anuncios para la primera película de Superman (¿se acuerdan de la primera película de Superman, pandilla?. ¿Allá en el pasado cuando el mundo era joven y los dinosaurios rondaban la Tierra?), los que decían "Vas a creer que un hombre puede volar". Bueno, yo no creía.
No en la película y no en los cómics (irónicamente, lo más cercano que llegue a creer fue en su serie de televisión). Pero cuando Batman baja de una cuerda hacia la guarida del Joker o paraba al Pingüino de tirar a Robin en un recipiente de grasa en ebullición con un batarang muy bien lanzado, yo creía. No eran cosas habituales, les concedo eso amablemente, pero eran posibles. Podía creer en un Justiciero Enmascarado que se columpiaba de cuerdas, lanzaba boomerangs con excelente precisión y conducía como Richard Petty intentando llevar a una mujer embarazada al hospital.

El súper aliento era difícil de creer, pero alguien que conservaba un pequeño compuesto para disolver (para las laboriosas cuerdas con las que los pillos del mundo siguen insistiendo en atarte) en un compartimiento de su cinturón, una linterna de alta potencia en otro y anestésico en otro compartimento (Batman ponía a dormir personas con dardos especiales diez años antes de que se usaran para sedar a animales salvajes y personas)....bueno, ese estilo de tipo era mi estilo de tipo.



Aunque recibió sus propios ejemplares, es Detective Cómics lo que más relaciono con Batman en mi mente. Realmente era un detective; con las disque características de una aparente inmortalidad como la de los modernos superhéroes, esos hombres del Olimpo lo rechazaron. Tenía que ser un detective. No podía contar con un súper aliento para regresar a Ciudad Gótica a su sitio tras un crimen; debía detener al Acertijo o quienquiera que fuera el villano antes de que accionara los jets de poder nuclear. Como Sherlock Holmes, Batman miraba los rastros que dejaban los malos; tomaba las huellas; sacaba muestras de cabello de la escena del crimen y tomaba testimonios. Tenía expedientes -así como Holmes- en la forma de operar de varios criminales. Buscaba patrones, sabiendo -como todos los grandes detectives- que si se encuentran puedes estar esperando al villano en su siguiente parada. Batman vivía con su ingenio y combatió y desarmó -en ocasiones de manera brillante- a algunos de los mejores villanos jamás creados. Detuvo desde robos de joyerías hasta planes bien diseñados...Y conseguía vivir una vida alterna al mismo tiempo, esa de Bruce Wayne, prominente millonario. Recaudaba dinero, en los sesenta recaudó más inteligencia y hasta recaudó a un compañero, Ricardo Tapia.


Oh, y otra cosa. Quizá la real razón de por qué me agradaba más que el otro tipo.
Existía algo siniestro en él.
Así es, ya me escucharon.
Siniestro.

Como la Sombra y El Hombre Luna de lo oscuro, como un vampiro (pero no como virgen, jamás pensé en eso, pandilla), Batman era una criatura de la noche.

Desde luego, se le veía combatiendo el crimen durante el día de vez en cuando, pero generalmente era una figura en las sombras o un hombre de sombría apariencia apareciéndose a través de una ventana en alguna hora de la madrugada, con su capa flotando como una gigante sombra. En esas ocasiones de Batman entra a la fuerza, notabas casi siempre el miedo de aquellos malvados a quienes estaba por jalar por el retrete, y yo siempre me identifiqué con esas expresiones. Claro, yo pensaba (y todavía lo hago), sentado junto a un árbol en el jardín, o en el retrete (o, como niño, bajo las sabanas con una linterna). Así es, deberían verse aterrados. Seguro que yo estaría del mismo modo si algo de ese tipo me sorprendiera por la fuerza así. Tendría miedo aún si no hubiera hecho nada malo.

Su hora era la noche; las sombras eran su sitio; como el murciélago de quien tomó el nombre, el veía a través de sus manos, piernas y oídos. Como Bruce Wayne era jovial, distinguido, lleno de elegancia y encanto, un tipo fácilmente identificado en su biblioteca con un vaso amplio de brandy en una mano y una botana en la cercanía. Pero cuando la bati-señal flotaba sobre uno de los rascacielos de Ciudad Gótica (o tal vez por la parte baja de una útil nube pasajera) una siniestra y seria criatura emergía de la baticueva. Le podías disparar y sangraría...podías darle un golpe en la cabeza y se doblaría (al menos por un instante), pero nunca, nunca podías detenerlo.


Desde la cancelación del poco placentero programa de televisión del 82 o algo así, Batman vivió en las sombras. No solo como un personaje, sino también como un personaje ficticio que se publicó. Hubo una época, no me molesta compartirlo con ustedes, cuando me ponía a repasar los puestos del periódico con detenimiento (y algo emocionado), cerca de mitad de mes, seguro de que el Justiciero Enmascarado estaría desaparecido, un personaje que simplemente desapareció en el silencio y en el pasillo de la oscuridad, donde creaciones increíbles como J´onn  J´onzz, Manhunter de Marte; Plasticman; The Blackhawks; Captain Marvel; y Tuloc, Hijo de Roca habían terminado antes que él.

Parece que estuve mal en preocuparme.
Parece que no puedes derribar a un viejo murciélago.

Durante los últimos cuatro años o algo así, una de dos cosas ha pasado: nuevos fans se han interesado en las hazañas de Batman o algunos de los viejos fans han estado tomando lugar nuevamente. De cualquier forma, el despegue en publicidad y las ventas de The Dark Night Returns de DC, quizá la más exquisita pieza de arte en un cómic jamás publicado en una edición moderna, parecieron asegurar el éxito continuo de Batman. Para mí, un gran alivio y un gran placer.


Quiero felicitar al Justiciero Enmascarado por su larga y valiente historia, agradecerle las horas de placer que me ha entregado y desearle muchos años más de un heroico deber de lucha contra el crimen.

Ve tras ellos, Tipo Grande. Que tu batiseñal jamás falle, que tu batimovil jamás se quede sin la gasolina con la cual corre y que tu cinturón jamás se encuentre sin accesorios en un momento crucial.
Y por favor, jamás vengas a aterrizar en mi ventana a la mitad de la noche. Me darías un susto que probablemente me causaría una hemorragia...y además, Tipo Grande, estoy de tu lado.

Siempre lo estuve.


(Ensayo de Stephen King publicado en 1986 en el cómic Batman #400).





7 comentarios:

  1. Hasta Stephen King sabe que Batman es mejor cuando no lo sobreexplotan y sobrevaloran XD.

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  2. Tal vez no sea un gran conocedor la carrera de King como novelista (aunque he visto opiniones que sus novelas, con excepción de un puñado de clásicos, dejan mucho que desear) pero puedo decir que estoy completamente de acuerdo con lo expuesto por él.
    Interesante blog.
    Mis preguntas:
    -De todas las adaptaciones de Batman cual es tu favorita?
    -Cual es tu villano favorito de Batman?
    -Que opinas de Stephen King como novelista?

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    1. Yo tampoco soy un gran conocedor de sus novelas, pero este ensayo me conmovió y quise compartirlo en mi blog.

      Muchas gracias.

      1) Pues la mayoría de animaciones que he visto (como The Batman) me gustan bastante, y la película Batman The Dark Knight hasta la fecha me parece la mejor del personaje.

      2) Ras Al Ghoul, Bane y el Joker, pero si tuviera que elegir uno sería al Guasón.

      3) Sinceramente y como mencioné antes no conozco mucho de sus historias pero si admito que este Señor tiene mucho talento como escritor, siendo un prolífico en este ámbito y llegando a inspirar a toda una generación.Novelas como It me parecen interesantes y esta última es la que estoy leyendo actualmente.

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  3. Batman era mi favorito, pero poco a poco fue ganandose mi desagrado por los malos escritores, por su porque soy batman.

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    1. Lo que mencionas es más culpa de los escritores que del personaje en sí.

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  4. Por parte mia, soy un gran fan de batmana aunque por culpa de como esta las economias hoy en dia no he estado al tanto de sus comics... y señor silver visual ¿cree usted que meravad tiene las chances de ganarle a finn shepard?

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    1. Concuerdo con lo que dices.

      Con respecto a tu pregunta, no sabría decirte ya que no conozco a ninguno de los dos personajes que mencionas.

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