jueves, 31 de octubre de 2019

La llamada de Cthulhu: La locura que llegó del mar

El emerger de la bestia.


"La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y el más intenso de los miedos, es el miedo a lo desconocido".
-H.P Lovecraft.



"A mi parecer, no hay nada más misericordioso en el mundo que la incapacidad del cerebro humano de correlacionar todos sus contenidos. Vivimos en una plácida isla de ignorancia en medio de mares negros e infinitos, pero no fue concebido que debiéramos llegar muy lejos".

-H.P Lovecraft.



"Resulta concebible pensar en la supervivencia de tales poderes y criaturas...una supervivencia en una época remota en la que...la consciencia estaba manifestada, quizá, en formas y figuras que desaparecieron hace mucho ante el avance de la humanidad...formas en las que solo la poesía y la leyenda captaron un fugaz recuerdo llamándolas Dioses, Monstruos, y Criaturas Míticas de todo tipo y especie..."

-Algernon Blackwood.



"Y yo me paré sobre la arena del mar,
y vi una bestia emerger del mar,
que tenía siete cabezas y diez cuernos;
y sobre sus cuernos diez diademas;
y sobre las cabezas de ella nombre de blasfemia [...]
Y adoraron al dragón
que había dado la potestad a la bestia,
y adoraron a la bestia, diciendo:
¿Quién es semejante a la bestia,
y quién podrá lidiar con ella?".

-Apocalipsis según San Juan 13, 1 4.






Si los cielos quisieran concederme alguna vez un favor, pediría que borrasen para siempre las consecuencias que derivaron de aquella ocasión en que, de forma casual, fijé la mirada en un trozo suelto de papel que había sido usado para cubrir un estante. Era difícil que hubiera tropezado en mi rutina cotidiana con algo así, ya que no era sino un viejo ejemplar de un periódico australiano, el Sidney Bulletin del 18 de Abril de 1925. Había escapado incluso a la atención de la agencia de recortes de prensa que, justo en la fecha de publicación de este, andaba recopilando ávidamente material para la investigación de mi tío.
Hacía tiempo que había abandonado mis pesquisas acerca de lo que el profesor Angell llamaba
“Culto de Cthulhu”, y me encontraba visitando a un amigo que tenía en Paterson, Nueva Jersey, hombre culto que ostentaba el cargo de conservador del museo local, además de ser un mineralogista de
renombre. Un día, examinando las muestras de reserva, torpemente almacenadas en los estantes de una habitación en el almacén del museo, mi atención fue captada por una extraña fotografía que aparecía en uno de los viejos periódicos desplegados bajo las piedras. Tal y como he dicho era el Sidney Bulletin, pues mi amigo conocía a gente en todas partes, y la foto en cuestión era un grabado en sepia de una horrible imagen de piedra idéntica a la que Legrasse había encontrado en el pantano.
Leí el artículo en detalle tras quitar impacientemente de encima de la hoja las preciosas piezas que la cubrían, pero quedé algo decepcionado al ver que su extensión era algo reducida. Sin embargo, lo que sugería era algo de trascendental importancia para la búsqueda que había mantenido y que comenzaba por aquel entonces a languidecer. El artículo, que arranqué cuidadosamente, decía lo siguiente:

MISTERIOSO BARCO ABANDONADO HALLADO EN ALTA MAR.

Llegada a remolque del Vigilant de un yate neozelandés armado y desaparejado.
Un superviviente y un muerto hallados a bordo. Desesperada lucha y muertes en alta mar.
Marinero rescatado se niega a dar detalles sobre extraña experiencia.
Encontrado en posesión de extraño ídolo. Prosiguen las investigaciones.
El carguero Vigilant de la naviera Morrison, procedente de Valparaíso, atracó esta mañana en el muelle de Darling Harbour, remolcando al desaparejado y averiado, si
bien fuertemente armado, yate de vapor Alert de Dunedin (Nueva Zelanda), que fue avistado el 12 de Abril a 34°21' de latitud sur y 152°17' de longitud oeste, llevando a bordo un superviviente y un muerto.
El Vigilant zarpó de Valparaíso el 25 de Marzo, y el 2 de Abril se desvió su rumbo considerablemente hacia el sur, debido a la fortísima tormenta y las enormes olas.
El 12 de Abril fue avistado el barco a la deriva. Aunque en apariencia estaba desierto, al abordarlo fue hallado el único superviviente en unas condiciones cercanas al delirio,
así como otro hombre que llevaba muerto claramente más de una semana. El superviviente estaba aferrado a un horrible ídolo de piedra de unos 30 centímetros de altura y de origen desconocido, acerca de cuya naturaleza las autoridades de la Universidad de Sidney, la Royal Society, y el Museo de College Street, se muestran completamente desconcertadas. El superviviente dice haberla encontrado en el camarote del yate, en el interior de un pequeño relicario de ordinaria talla.
Este hombre, tras recobrar el sentido, relató una extraña historia acerca de piratería y una sangrienta masacre. Se trata de Gustaf Johansen, noruego de cierta educación, segundo de a bordo de la goleta Emma de Auckland, que zarpó de El Callao el 20 de Febrero con once hombres. El Emma, según cuenta, se vio retrasado, y desviado de su rumbo hacia el sur, por culpa de la gran tempestad del 1 de Marzo, y el 22 del mismo avistó al Alert a 49°51' de latitud sur y 128°34' longitud oeste, llevado por una extraña tripulación de feroz aspecto formada por canacos y mestizos. Al ordenársele de forma perentoria que diera media vuelta, el capitán Collins se negó; momento en que la extraña tripulación comenzó a abrir fuego sobre la goleta, salvajemente y sin aviso previo, con una batería pesada dotada de cañones de bronce que formaba parte de su armamento. Según el superviviente, los hombres del Emma plantaron batalla y, aunque la goleta comenzó a hundirse debido a los disparos recibidos por debajo de la línea de flotación, fueron capaces de acercarla a la nave enemiga, para así abordarla, y lucharon con la salvaje tripulación sobre su misma cubierta. Al final se vieron forzados a matar a toda la tripulación enemiga, algo superior en número, por su detestable y desesperada, si bien torpe, manera de luchar.
Tres de los hombres del Emma resultaron muertos, incluyendo al capitán Collins y al primero de a bordo Green. Los ocho restantes, con el segundo de a bordo Johansen al mando, se pusieron al frente del yate capturado, retomando su rumbo original para averiguar cuál era la razón de haberles ordenado dar media vuelta. Al día siguiente, según parece, alcanzaron una pequeña isla en la que desembarcaron, aunque no se sabe de la existencia de ninguna en aquella parte del océano. Seis de los tripulantes murieron en ella, aunque Johansen da muestras de reticencia al llegar a esta parte de la historia, y se limita a decir que cayeron por un precipicio rocoso. Más tarde, según parece, él y el último de sus compañeros llegaron al yate y trataron de tripularlo, pero se vieron azotados por la tormenta del 2 de Abril. El hombre recuerda poco de lo sucedido entre ese día y el 12 de Abril, en que tuvo lugar su rescate, y no recuerda cuándo murió William Briden, su compañero. La muerte de éste no parece debida a ninguna causa visible, siendo la excitación y la exposición a los elementos las razones más probables. Noticias llegadas por cable desde Dunedin informan de que el Alert es un mercante de cabotaje bien conocido allí, que además gozaba de una mala reputación en los muelles. Era propiedad de un curioso grupo de mestizos cuyos frecuentes encuentros y salidas nocturnas en dirección a los bosques atraían bastante la atención. Éste se había hecho a la mar apresuradamente justo tras la tormenta y los temblores de tierra que tuvieron lugar el 1 de Marzo. Nuestro corresponsal en Auckland señala que tanto el Emma como su tripulación gozaban de una excelente reputación, y describe a Johansen como un hombre moderado y respetable. El Almirantazgo va a realizar una investigación del asunto
que dará comienzo mañana mismo; en ella se tomarán todas las medidas necesarias para
persuadir a Johansen de que hable con mayor claridad de lo que ha hecho hasta ahora.



Esto, junto con la fotografía de la infernal estatua, era todo, ¡pero qué torrente de ideas comenzó a fluir en mi cabeza! Aquí había un nuevo tesoro de datos en tomo al "Culto de Cthulhu" y una clara evidencia de que este tenía extraños intereses tanto en el mar como en tierra. ¿Qué motivo incitó a la tripulación mestiza a ordenar dar media vuelta al Emma mientras navegaba en posesión de aquel horrible ídolo? ¿Cuál era aquella desconocida isla sobre la que murieron seis de los tripulantes del Emma, y sobre la que el segundo Johansen se muestra tan reservado? ¿Qué fue lo que sacó a la luz la investigación ordenada por el Almirantazgo y qué es lo que se sabía en Dunedin acerca del maléfico culto? Y lo más sorprendente de todo, ¿cuál era la relación, tan profunda como natural, de aquellas fechas que hacían que tomaran una malévola e innegable significación los diversos cambios en el curso de los acontecimientos que tan minuciosamente había anotado mi tío?.
El día 1 de Marzo -es decir, nuestro 28 de febrero según la hora del meridiano de Greenwich- fue cuando tuvieron lugar la tormenta y el terremoto. El Alert y su maloliente tripulación salieron disparados de Dunedin como llevados por una apremiante llamada, mientras que al otro lado del mundo, poetas y artistas comenzaron a soñar acerca de una extraña y rezumante ciudad a la vez que un joven escultor moldeaba en sueños la forma del propio Cthulhu. El 23 de Marzo el desembarco de la tripulación del Emma en una isla desconocida arrojó una cifra de seis muertos; y en esa misma fecha los sueños de aquellos hombres especialmente sensibles adquirieron una gran viveza y quedaron oscurecidos por la persecución de que eran objeto por parte de un monstruo maléfico. Mientras tanto un arquitecto enloquecía y un escultor se veía inmerso de repente en el delirio. ¿y qué hay de la tormenta del 2 de Abril, fecha en que cesaron todos los sueños acerca de la malsana ciudad, y en que Wilcox salió ileso del suplicio de aquellas extrañas fiebres? ¿Qué deducir de todo ello? ¿y de todas las insinuaciones del viejo Castro acerca de los Primigenios, sumergidos bajo las aguas y nacidos en las estrellas, y de su reino que se avecina, el fiel culto de estos y su dominio de los sueños? ¿Estaba tambaleándome al borde de horrores cósmicos más allá de la capacidad de asimilación del hombre? Si esto es así, tales horrores no deben ser sino de la mente, ya que de alguna forma el 2 de Abril puso fin a cualquier monstruosa amenaza que hubiera empezado a cernirse sobre el alma de la humanidad.
Aquella tarde, tras un día de apresurados telegramas y preparativos, me despedí de mi anfitrión y cogí un tren a San Francisco. En menos de un mes me encontraba en Dunedin, donde comprobé que a pesar de que los miembros de aquel extraño culto solían pasar el rato en las viejas tabernas del puerto, poco más se sabía acerca de ellos. Los chismes que escuché en los muelles no merecen mención especial, aunque corría cierto rumor acerca de un viaje que estos mestizos habían realizado al interior, durante el cual se pudo apreciar en las lejanas colinas un apagado tamborileo y un resplandor rojizo. En Auckland averigüé que tras un superficial interrogatorio en Sidney, que no dio resultado alguno, Johansen había regresado con su rubia cabellera de color blanco, y que después había vendido su casita en West Street y marchado en barco con su mujer a su antigua residencia en Oslo. De aquella pavorosa experiencia no contó a sus amigos nada más que a los oficiales del Almirantazgo, y todo lo que estos pudieron hacer fue darme su dirección en Oslo.
Después de aquello me fui a Sidney donde hablé, sin obtener nada nuevo, con marinos y magistrados del Vicealmirantazgo. Pude ver el Alert, que había sido vendido para su uso comercial, en Circular Quay, en Sidney Cove, pero tampoco logré sacar nada a su reservada tripulación. La figura acurrucada con cabeza de cefalópodo, alas escamosas y el pedestal cubierto de jeroglíficos, se conservaba en el Museo de Hyde Park. Durante un tiempo la estuve estudiando, encontrando en ella la misma exquisita y siniestra hechura, el mismo misterio y antigüedad, y el mismo material desconocido propios de la versión, un tanto más reducida, de Legrasse. Según me dijo el conservador del Museo, los geólogos habían encontrado en ella un monstruoso enigma, ya que llegaron a jurar que en el mundo no había una roca como esa. Fue entonces cuando pensé con un escalofrío en lo que el viejo Castro le había dicho a Legrasse acerca de los Primigenios: “Ellos vinieron de las estrellas, y trajeron Sus imágenes consigo.”
Estremecido por una confusión mental como nunca antes había conocido, decidí visitar al segundo Johansen en Oslo. Embarqué con destino a Londres, donde cogí otro barco en dirección a la capital noruega; y en un día de otoño desembarqué en los muelles bien cuidados que había a la sombra del Egeberg. La casa de Johansen, como pude descubrir, estaba situada en la vieja ciudad del rey Harold Haardrada, quien conservó el nombre de Oslo en los siglos que la capital estuvo disfrazada como “Cristiana”. Hice el breve recorrido en taxi y, con el corazón palpitante, llamé a la puerta de un pulcro y antiguo edificio con fachada de estuco. Una mujer de gesto triste y vestida de negro fue quien respondió a mi llamada, quedándome consternado y estupefacto cuando esta me dijo en un inglés entrecortado que Gustaf Johansen había fallecido.
No vivió mucho más allá de su regreso, dijo su viuda, ya que los extraños sucesos de 1925 en alta mar le habían debilitado. No le había dicho a ella más de lo que había contado públicamente, pero había dejado un largo manuscrito -sobre “asuntos técnicos”, según dijo él- en inglés, sin duda para protegerla del peligro que podría suponer un examen casual del mismo. Mientras paseaba por un angosto callejón cercano al muelle de Gothenburg, un fardo de papeles caído desde la ventana de un desván le había derribado. Dos marinos de Lascar le ayudaron a ponerse en pie, pero éste murió antes de que la ambulancia pudiera llegar al lugar Los médicos no encontraron una causa para la muerte, dictaminando que se debía a algún problema del corazón y a su débil constitución.
En aquel momento comencé a sentir un terror royéndome las entrañas que ya nunca me abandonará hasta el día en que yo muera también, ya sea “accidentalmente” o de cualquier otra forma.
Tras convencer a la viuda de que mi conexión con los “asuntos técnicos” de su marido era suficiente para darme derecho a tomar posesión del manuscrito, me llevé el documento y comencé a leerlo en el barco de regreso a Londres. Se trataba de algo sencillo e inconexo -un esfuerzo por parte de un sencillo marino de escribir un diario a posteriori de los hechos-, en el que quedaba reflejado un afán por recordar lo sucedido día a día en el terrible último viaje. No puedo intentar transcribirlo palabra por palabra, con todos sus turbios y redundantes pasajes, pero contaré lo suficiente como para que se entienda por qué el ruido de las olas rompiendo contra el casco del barco se me hizo tan insufrible que tuve que taponarme los oídos con algodón.
Johansen, gracias a Dios, no lo sabía todo a pesar de haber visto la ciudad y a aquel Ser, pero yo nunca volveré a dormir tranquilo cuando piense en los horrores que acechan incesantemente a la vida en el tiempo y en el espacio, y en aquellas blasfemias impías procedentes de antiguas estrellas que sueñan bajo las olas, y que son objeto de adoración de un culto de pesadilla dispuesto y decidido a soltarlas por la Tierra cuando quiera que otro terremoto haga emerger su monstruosa ciudad pétrea de nuevo hacia el aire y la luz de la superficie.



El viaje de Johansen había dado comienzo tal y como éste le había contado al Vicealmirantazgo.
El Emma, con carga de lastre, zarpó de Auckland el 20 de Febrero y había sufrido en toda su intensidad aquella tormenta provocada por el terremoto que debió atraer desde el fondo del mar a aquellos horrores que forman parte de las pesadillas de los hombres. De nuevo bajo control, la embarcación progresaba a buen ritmo cuando fue detenida por el Alert el 22 de Marzo, y pude sentir claramente el remordimiento con que Johansen escribió acerca del bombardeo y hundimiento del Emma. Al referirse a los morenos sectarios a bordo del Alert lo hace dando clara muestra de horror. Había alguna cualidad especialmente abominable en aquellos hombres que casi hacía de su exterminio un deber, dando aquí muestra Johansen de una ingenua extrañeza ante la acusación de crueldad lanzada contra la tripulación del Emma durante el proceso que dirigió el tribunal al cargo de la investigación. Llevados por la curiosidad siguieron el rumbo que llevaban, ahora en el yate capturado y bajo el mando de Johansen, hasta que al poco avistaron un gran pilar de piedra que sobresalía del mar, y en un punto situado a 47°9' de latitud sur y 126°43' de longitud oeste llegaron a un litoral de lodo, fango, y ciclópea mampostería que no podía ser otra cosa que la sustancia tangible del terror supremo de la Tierra: la ciudad cadavérica y de pesadilla de R'lyeh, construida hacía incontables eones por repugnantes figuras que procedían de las estrellas sin luz. Allí yacían el Gran Cthulhu y Sus hordas, ocultos bajo bóvedas cubiertas de fango verdoso; enviando de nuevo, tras incalculables ciclos temporales, aquellos pensamientos que extendían el miedo por los sueños de los más sensibles, a la vez que apremiaban a sus fieles a lanzarse en pos de un peregrinaje por su liberación y la restauración de su imperio en la Tierra. Johansen no sospechaba nada de esto, ¡pero bien sabe Dios que ya vio suficiente!
Supongo que lo que realmente llegó a emerger de las aguas no era más que una cima, una horrible ciudadela coronada por el monolito bajo el que el Gran Cthulhu estaba enterrado. Cada vez que pienso en cuánto debe estar gestándose allá abajo casi me entran ganas de poner fin a mi existencia de inmediato. Johansen y sus hombres sintieron un gran respeto por la majestuosidad de aquella rezumante Babilonia de antiguos demonios, y debieron haberse figurado por sí mismos que nada de eso pertenecía a este o cualquier otro planeta saludable. El asombro ante el increíble tamaño de los verdosos bloques de piedra, la vertiginosa altura del gran monolito esculpido, y la desconcertante identidad de las colosales estatuas y bajorrelieves con la extraña imagen encontrada en el relicario a bordo del Alert quedaba claramente plasmado en cada línea de la aterrada descripción de Johansen.
Sin tener idea de lo que era el futurismo, Johansen consiguió alcanzar algo muy parecido a éste con su forma de hablar de la ciudad ya que, en lugar de describir una estructura o edificio definidos, se explayaba sólo en dar impresiones generales acerca de los enormes ángulos y las superficies de piedra... superficies demasiado enormes para pertenecer a nada normal o propio de la Tierra, e impías por sus horribles imágenes y jeroglíficos. Menciono el comentario acerca de los ángulos porque me recuerda algo que Wilcox me había contado con respecto a sus terribles sueños. Wilcox dijo que la geometría de aquel lugar onírico que vio era anormal, no euclidiana y asquerosamente impregnada de sensaciones de otras esferas y dimensiones distintas de la nuestra. Ahora era un sencillo marino el que tenía la misma sensación al contemplar la terrible realidad.
Johansen y sus hombres desembarcaron en la empinada orilla cubierta de lodo de aquella monstruosa Acrópolis, y treparon por titánicos bloques rezumantes que no parecían en absoluto escalera humana alguna. El mismo sol del cielo parecía desvirtuado cuando era contemplado a través del efluvio polarizador que brotaba de aquella perversión empapada de agua de mar, y una retorcida amenaza o incertidumbre acechaba lascivamente en aquellos ángulos disparatadamente esquivos de roca labrada, en los que una segunda mirada mostraba una superficie cóncava allá donde antes se había visto una convexa.
Algo semejante al miedo ya se había apoderado de los exploradores antes de que pudieran ver nada distinto de la roca, el todo, o las abundantes algas marinas. Cada uno de ellos hubiera huido de no haber temido el desprecio de los otros, y sin entusiasmo siguieron buscando inútilmente, como pudo comprobarse, algún recuerdo que poder llevarse del lugar.
Fue Rodrígues, el portugués, el primero en alcanzar la base del monolito, diciendo a gritos lo que allí había encontrado. Los demás le siguieron y miraron con curiosidad a la inmensa puerta esculpida con el ya familiar bajorrelieve a la vez con forma de cefalópodo y de dragón. Esta era, según palabras de Johansen, como una enorme puerta de granero; y todos estuvieron de acuerdo en que se trataba de una puerta por la presencia alrededor de esta de un dintel ornado, un umbral, y unas jambas, aunque no podrían decir si yacía plana como si se tratara de una trampilla, o estaba inclinada como la puerta de un sótano. Como Wilcox hubiera dicho, toda la geometría del lugar era incorrecta. No se podía asegurar que el mar y la tierra estuviesen en posición horizontal, razón por la que la posición relativa de todo lo demás era fantasmagóricamente variable.
Briden presionó sobre varios lugares de la piedra sin resultado alguno. Donovan tanteó delicadamente por los bordes, apretando sobre cada punto a medida que avanzaba. Éste trepó interminablemente sobre aquella grotesca moldura de piedra -aunque a aquello sólo se le podía llamar escalada si después de todo la superficie no estaba en posición horizontal- mientras los demás hombres se preguntaban cómo una puerta, en todo el universo, podía tener semejantes dimensiones. Entonces, suave y lentamente, el panel de media hectárea comenzó a ceder hacia adentro en su parte superior, y pudieron ver que se balanceaba. Donovan se deslizó o se propulsó de alguna forma hacia abajo o a lo largo de la jamba, volviendo con sus compañeros, y todos quedaron contemplando el extraño retroceso de aquel portal monstruosamente labrado. En aquella fantasía de distorsión prismática la puerta se deslizaba anómalamente en sentido diagonal, de modo que todas las leyes de la materia y la perspectiva parecían trastornadas.
La abertura que quedó estaba negra de una oscuridad casi palpable. Sin embargo, aquella oscuridad tenía una calidad positiva, ya que ocultaba parte de la muralla interior que de lo contrario se habría puesto al descubierto. Como si de humo se tratase, esta oscuridad surgió de su confinamiento de infinitos siglos, eclipsando visiblemente el sol a medida que escapaba agitando sus membranosas alas hacia un encogido y contrahecho cielo. El olor que emergía de las recién abiertas profundidades resultaba insoportable. Al poco rato, Hawkins, que tenía un oído muy fino, dijo que creía haber oído un asqueroso chapoteo allá abajo. Todos escucharon con atención, y aún seguían haciéndolo cuando Aquello apareció rezumante en medio del estrépito, y a tientas coló Su gelatinosa inmensidad verde a través de la negra puerta en pos del infecto aire de aquella fétida ciudad de locura.
La letra del pobre Johansen estuvo a punto de faltar cuando escribía esto. Creía que de los seis hombres que jamás alcanzaron el barco, dos habían muerto de puro terror en ese maldito instante. Aquel Ser no podía ser descrito, no hay palabras para expresar semejantes abismos de inmemorial y delirante locura, tan abominables contradicciones de toda la materia, la fuerza y el orden cósmico. ¡Una montaña caminaba y se tambaleaba! ¡Dios del cielo! ¡Qué prodigioso que a través de la Tierra, enloquezca un gran arquitecto y delire de fiebre el pobre Wilcox en ese preciso instante telepático! El Ser representado en los ídolos, aquel engendro verde y mucilaginoso llegado de las estrellas había despertado para reclamar lo que era suyo. Las estrellas estaban de nuevo en posición, y lo que un culto milenario había fracasado en conseguir por medio de preparativos, lo había logrado un grupo de despavoridos marinos por mero accidente. ¡Tras millones y millones de años el Gran Cthulhu se alzaba de nuevo, ávido de placeres!.
Tres de los hombres fueron apresados por las macilentas garras de la criatura antes de que nadie pudiera siquiera darse la vuelta. Que Dios les conceda el descanso, si es que el descanso existe en el universo. Estos fueron Donovan, Guerrera, y Ångstrom. Los otros tres marinos se lanzaron a una frenética carrera hacia el bote sobre interminables panorámicas de piedra encostrada de musgosidad verde en la que Parker resbaló y, según jura Johansen, fue tragado por uno de los ángulos de la mampostería que no debería estar ahí; un ángulo que era agudo pero que se comportaba como si fuera obtuso. Así, sólo Briden y Johansen consiguieron alcanzar el bote y remar desesperadamente hacia el Alert mientras la descomunal monstruosidad se deslizaba sobre las rocas fangosas, y vacilaba entre tropiezos al llegar al borde de las aguas.
A pesar de no haber quedado nadie a bordo después del desembarco, aún seguía saliendo vapor del Alert, y sólo fueron precisos unos momentos de febriles prisas arriba y abajo, del timón a los motores, para volver a ponerlo en marcha. Lentamente, entre los retorcidos horrores de aquella indescriptible escena, el barco comenzó a remover las mortíferas aguas, al tiempo que en la mampostería de aquella playa calavernaria que no era de este mundo, el titánico Ser procedente de las estrellas lanzaba espumarajos y atroces denuestos cual Polifemo maldiciendo al barco en que huía Odiseo. Fue entonces, más atrevido que el cíclope épico, cuando el Gran Cthulhu se deslizó hacia las aguas dejando un rastro de grasa y comenzó a perseguir el barco huido, levantando auténticas olas con sus brazadas de potencia cósmica. Briden volvió la vista y enloqueció, riendo de manera estridente, tal y como continuaría haciendo a intervalos hasta que la muerte fue a buscarle una noche al camarote, mientras Johansen deambulaba en medio del delirio.
Pero Johansen no se había rendido aún. Consciente de que el Ser seguramente adelantaría al Alert antes de que éste alcanzara la máxima velocidad, decidió hacer algo a la desesperada y, poniendo los motores a toda máquina, corrió disparado por la cubierta y giró bruscamente el timón. Se formó un fuerte remolino y una corriente de espuma en aquella fétida salmuera que había por agua, y mientras aumentaba a cada momento la presión del motor, el valeroso noruego enfiló el barco en dirección al Ser gelatinoso que les perseguía y que se elevaba sobre la inmunda espuma de las aguas como si fuera la popa de un galeón demoníaco. La horrible cabeza de cefalópodo, de retorcidos tentáculos, estaba ya muy cerca del bauprés del robusto yate, pero Johansen continuó enfilándolo de forma implacable hacia ella. Hubo un estallido como el de una vejiga que explotase, una fangosa fetidez como cuando se raja un pez luna, el hedor de mil tumbas abiertas, y un sonido que el cronista no pudo transcribir al papel. Durante un instante el barco se vio envuelto por una nube acre y cegadora, y después solo quedó un mefítico remolino a babor, en mitad del cual -¡Dios nos proteja!- la dispersa plasticidad del innominable engendro de las estrellas recuperaba difusamente su odiosa forma original, a una distancia que crecía por momentos a medida que el Alert ganaba ímpetu aumentando su velocidad.



Así es como acabó todo. Tras aquel día Johansen no hizo más que obsesionarse con el ídolo ocuparse de su sustento y el de aquel maníaco de risa enloquecida que tenía a su lado. No trató de navegar tras aquella audaz hazaña, pues semejante reacción le había quitado una parte de su alma y ánimo. Después llegó la tormenta del 2 de Abril, y con ella los turbios nubarrones en que se sumió su consciencia. Sintió un remolino espectral a través de líquidos abismos de infinidad, de vertiginosos recorridos por universos giratorios sobre la cola de un cometa, y de histéricos saltos desde el fondo de los abismos a la luna, y de la luna a los fondos de los abismos, todo ello animado por un histriónico coro de retorcidos y jocosos dioses ancianos y de los burlones diablillos de color verde y con alas de murciélago surgidos del Tártaro.
Tras aquel sueño vino el rescate, el Vigilant, el tribunal del vicealmirantazgo, las calles de Dunedin, y el largo viaje de regreso a su viejo hogar en la casa a la sombra del Egeberg. No podía contar nada, o de lo contrario le tomarían por loco. Escribiría sobre aquello que sabía antes de que la muerte le alcanzara, pero su mujer no debía enterarse de nada. La muerte sería un regalo de los cielos con tal de que borrase sus recuerdos.
Ese fue el documento que leí, y que ahora he colocado en una caja de latón junto al bajorrelieve y los papeles del profesor Angell. Con estos irá también este testimonio mío, esta prueba de mi sano juicio, donde he reconstruido lo que espero que nadie vuelva jamás a reconstruir. He contemplado todo el horror que pueda contener el universo, y después de eso incluso el cielo primaveral y las flores estivales serán puro veneno para mí. Sin embargo no creo que mi vida vaya a prolongarse mucho. Igual que se fue mi tío, igual que se fue el pobre Johansen, un día me iré yo. Sé demasiado y el culto aún sobrevive.
Cthulhu continúa también con vida, supongo, de nuevo en aquel abismo de piedra que le había protegido desde que el sol era joven. Su maldita ciudad está de nuevo sumergida, ya que el Vigilant pasó por esas aguas de nuevo tras la tormenta de Abril; pero sus pastores en la Tierra todavía rugen y saltan y matan alrededor de monolitos rematados por ídolos en lugares solitarios. El Gran Cthulhu, sin duda, debió quedar atrapado por el hundimiento mientras estaba en el interior de su negro abismo, o de lo contrario el mundo estaría ahora gritando de miedo y furia. ¿Quién sabe lo que sucederá al final? Lo que ha emergido puede hundirse, y lo que se ha hundido puede emerger de nuevo. La mayor de las blasfemias aguarda y sueña en las profundidades, y la decadencia se abre paso entre las tambaleantes ciudades de los hombres. El día llegará. ¡No quiero ni puedo pensarlo! Tan solo pido que si no sobrevivo a este manuscrito, mis albaceas antepongan la prudencia a la audacia, y puedan asegurarse de que nadie más llegue a fijar su atención en él.



(Fragmento de la historia original escrita por Howard Phillips Lovecraft en el año 1926, y publicada en 1928 por la editorial Weird Tales).



  

10 comentarios:

  1. El nacimiento de una de las Entidades Cósmicas más antiguas y famosas de la ficción.

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    1. Uno de mis personajes favoritos del terror. Excelente ficha, esta y la otra, pronto vendré con mis preguntas :v Feliz Hallowen Visual.

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  2. Verga, este post esta demasiado bueno. Tengo buenos amigos fans del terror que aman todo lo relacionado con el genero, pero nunca han leído algo como creepypasta o terror para leer. Con este post, el otro y el del año pasado se van a venir :v Gran trabajo y espero el siguiente post con ansia.
    1.- ¿Quien ganaría, Toppo Hakaishin vs Hukk World Breaker?
    2.- ¿Crees que personajes como John Kramer (Saw) o Hannibal Lecter hubiesen podido resolver el caso de Kira y descubrir que se trataba de Light Yagami?
    3.- Tres peleas favoritas de One Punch Man.
    4.- ¿Como te imaginas una película, serie, comic/manga o hasta anime sobre los Mitos de Cthulhu?
    5.- ¿Actualmente cuales son tus tres canciones preferidas? O al menos que escuches seguido.
    6.- Top 5 mejores puñetazos que hayas visto en el anime.
    7.- ¿En que escala posicionas a Perrodado Cabello, considerando que debe poseer un control mental tan vasto como para controlar a Lord Maburra, quien es un ser mínimamente estelar al manipular‎ su Stand Chavez Requiem, el cual posee una potencia de ataque a nivel Estelar+ ya que los Chavistas decian que Chavez era una estrella en el firmamento que cuidaba de Venezuela :v?
    PD: Feliz Hallowen :D
    PD2: ¿Has visto D.Gray-man? Si no, miralo, es genial

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    1. Te agradezco por recomendar mi blog, Un Dios, eso me anima a seguir con esto.

      1) Sería una batalla épica, aunque Toppo Hakaishin tiene mejores feats de poder, y si bien no creo que pueda matar a Hulk con el Hakai, sí podría dejarlo noqueado por ese hecho.

      2) Pues si John y Hannibal hubiesen sido detectives en lugar de asesinos seriales, estoy seguro de que habrían llegado a la misma conclusión que tuvo L en sus deducciones.

      3) Genos vs Sea King, Garou vs los Clase A y los Clase S, y Saitama vs Boros.

      4) Pues creo que si una adaptación es fiel al material original entonces no importa mucho de que medio sea.
      La cuestión es si esta adaptación sea de calidad y pueda interesarle al público.

      5) Actualmente estas 3 son las que escucho más:

      Black Water
      https://www.youtube.com/watch?v=YcU1KTQYTd4

      Goodbye.
      https://www.youtube.com/watch?v=CjP3VlbIfDA

      Misery Loves my company.
      https://www.youtube.com/watch?v=ym5XcG0ZCIE

      6) No se me ocurren muchas escenas XD, quizá serían los puñetazos más épicos de Saitama, All Might, Captain Falcon, Goku y de algunos personajes de JoJo como Jotaro.

      7) Jajaja por esa descripción Perrodado debería ser Multi-estelar como mínimo, más si consideramos que debe ser comparable a Mario Silva, cuyo poder de Jalabolas le permitió crear una constelación que tenía la cara de Chávez.

      PD: Igualmente.

      PD2: Pues investigué su premisa, pero no me atrae demasiado.
      Quizás le eche un vistazo alguna vez.

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  3. Buen blog sigue así
    1)Que días y a que horas te conectaras a Discord o Blogger te conectas casi todos los días?.
    2)Que personaje del genero del terror o creepypasta o de mitologia griega me recomiendas analizar y hacerle blog?.

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    1. Gracias.

      1) Normalmente me conecto en Discord a altas horas de la noche, pero ahora no puedo porque estoy muy ocupado.

      2) El que tú quieras jajaja, siempre y cuando el personaje tenga hazañas consistentes y de las que se pueda extraer un análisis interesante, por mí no hay problema.

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    2. 2)Me dices cuales me recomiendan analizar quiero analizar de creepypastas o algún personaje de mitología griega
      3)De que país eres? Saludos desde Argentina
      Y que hora es ahora en tu país?.

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  4. Que apasionante y siniestra historia. En los relatos de Lovecraft siempre hay un sombrío futuro para la humanidad.
    Excelente blog y lamento no haber comentado hace tiempo.

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    1. P.D.: Me resulta curioso notar como Lovecraft inspiró con sus relatos a la ficción en general. El cómo está estructurada está historia es similar a varios capítulos de New Avengers Vol. 3 (centrados en la observación de la destrucción de otras Tierras a manos de una amenaza imparable y temible).

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    2. Pues leer este tipo de historias toman su tiempo así que es comprensible que te tardes en comentar algo al respecto jajaja.

      Lo otro no me resulta para nada curioso, la verdad. Los conceptos ficticios creados por Lovecraft se han considerado como revolucionarios hasta el día de hoy, no por nada muchos escritores y lectores han mencionado que su imaginación es inigualable.

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