viernes, 1 de mayo de 2020

¿Qué tan importante es la conclusión de personajes en una obra?

Nada termina nunca.






Estamos acostumbrados a que en el mundo de hoy, en donde vemos franquicias que están diseñadas para tener infinidad de historias, llenas de remakes, reboots, revivals  y material extendido de la obra original, ya es muy común para nosotros seguir viendo a los mismos personajes en distintos medios de entretenimiento, ya sean cómics, mangas, series de televisión (animadas y live actions), videojuegos e incluso películas. Todos sabemos que funciona de esta manera porque no es ningún secreto que la mayoría de las cosas que consumimos provienen de naciones en donde gobiernan posturas como el Capitalismo, que a pesar de tener a personas talentosas y competentes, no dudan en explotar un producto si eso les garantiza mantenerse económicamente, pues en esta vida no todo son Obras de Arte y hay que trabajar duro para sobrevivir.

Pero, ¿qué tan malo puede ser esto para una Industria?, y sobretodo, ¿cómo esto afecta el resultado final de una obra?. Es de lo que precisamente hablaré en este post, ya que de todas estas dudas surge un dilema que todo escritor de ficción debe afrontar tarde o temprano, la conclusión de personajes.
Lo que estoy a punto de hacer es quizás una nueva sección del Blog en la que me dedicaré a analizar temas que a mi parecer son muy interesantes, y en los que aprovecharé para dar mi perspectiva sobre varios aspectos que tienen relación con el asunto para de ese modo dar una opinión hacia el lector que pueda ser comprensible para el mismo. Aclarado esto, comenzaré dando una explicación.



¿Qué es una conclusión?.


Escuchamos muchas veces este término en nuestra vida diaria (sobretodo si el que está leyendo esto es un Estudiante), pero para refrescarles la memoria, una conclusión es básicamente el final de un acontecimiento real o ficticio, su terminación, desenlace, extinción, entre otros. Puede aplicar desde un trabajo de escuela o un proyecto de vida, hasta lo que sería en este caso, una historia imaginaria. Todo el que disfrute de una buena historia a través de cualquier medio, le gustará mucho consumir lo que está viendo de forma constante y sentirá esa pasión por los temas que toca dicha obra, y lo más probable es que no dejará de consumir ese tipo de trabajos por el resto de su vida. Pero es aquí donde recibimos el primer golpe de realidad, y es que ya es bien sabido que todo lo que posee calidad no dura para siempre, y llegará un momento en el que decidiremos si lo que estamos viendo nos decepcionará, o por el contrario, cumplirá con nuestras expectativas.
  
Si bien, generalmente una historia debe tener un inicio, un desarrollo, un final y tal vez una futura continuación, hay ocasiones en las que esto último es innecesario, y me refiero a cuando la historia se deja libre a la interpretación o es enteramente autoconclusiva, siendo la Trilogía de Unbreakable el mayor ejemplo de esto. En la película original se maneja muy bien el concepto del Superhumano mostrándonos el qué pasaría si una persona normal de repente descubriera que posee capacidades y poderes superiores a las del ser humano promedio, introduciéndonos al Héroe de esta historia, David Dunn, y al Villano, Elijah Price, y esta misma hace que ambos tengan un cierre satisfactorio, con un final amargo y turbio provocando que la obra alcance su máximo potencial. El problema radica en que, si saltamos a Glass, toda la esencia del primer filme se ve completamente destruida, puesto que tratan de ofrecernos una disque cinta de acción de Superhéroes mal escrita, con un montón de situaciones muy convenientes e incoherencias argumentales por todos ladospersonajes molestos cuya introducción y todo lo que tiene que ver con ellos es inconsistentela flanderización por parte de los protagonistas al contarnos motivaciones que no están bien justificadas (desechando las facetas interesantes y bien elaboradas que estaban presentes en Unbreakable y Split), y lo peor de todo, un par de plot twist que no tienen sentido por lo mal hechos que están, terminando por arruinar una película cuyo único aspecto positivo es el hecho de que su sola existencia hizo que sus antecesoras sean más conocidas.

Y hablando de flanderización, lo peor que le puede suceder a un personaje que esté controlado por una cadena de televisión cuyo único fin es alargar de forma exagerada su universo estrenando nuevos episodios año tras año, es que poco a poco su serie acaba por perder la gracia y todo lo relacionado con esta se convierte en la sombra de lo que una vez fue, no hace falta decir que Los Simpsons son muy populares a causa de la decadencia que han sufrido desde su Décima Temporada (e incluso antes o después de la misma), pasando de ser una serie animada poseedora de comedia irreverente, humor inteligente, un gran grupo de personajes carismáticos colocados en situaciones ingeniosas y con algunas historias bastante humanas y memorables (superando a otras series de su estilo como Family Guy), a volverse un chiste repetido, cansino y burdo en donde abunda la mediocridad y deformación de todos los personajes. Otra serie televisiva muy popular que sufre de este mismo problema es la tan sobreexplotada The Walking Dead, que a pesar de que en sus primerísimas temporadas generó un gran impacto en la audiencia y provocó un boom cultural e innovador en el género de Zombies y de Futuros Post-Apocalípticos, posteriormente perdió mucho de su calidad, llena de incongruencias por todas partes y con personajes sin carisma ni desarrollo, provocando que nada de lo que pase en la serie te importe en lo absoluto. Una serie que también sufrió mucho de esto antes de su salida del aire fue Two and a half Men, la cual aunque en sus mejores momentos era entretenida y la comedia era ácida pero ingeniosa, desde la salida de Charlie Sheen por haber tenido discusiones con el productor, Chuck Lorre, y el reemplazo forzado de Ashton Kutcher en un intento de llenar el vacío de su ausencia, se deformó en algo casi tan burdo como Los Simspons y en sus últimas temporadas dejó de tener chiste. Incluso The Big Bang Theory tenía este problema cuando empezó a alargarse demasiado con su humor seco y repetitivo, pero lo que la diferencia del resto es que al menos logró tener un final decente.

Un caso diferente es el de aquellos productos cuyo metaverso tiene mucho potencial y pueden ser explotados de buena forma, y en esta categoría siempre se me viene a la cabeza Los Increíbles, un verso que hasta el día de hoy posee mucho misterio en su haber, con una atmósfera oscura y tramas atrayentes que combinan la seriedad y la comedia con toques bastante adultos para una película animada de Superhéroes, pero es lamentable ver cómo en su secuela todo esto es desperdiciado al punto de volverse en algo muy repetitivo y genérico con una villana principal que es hasta inferior a Síndrome en sus motivaciones, puesto que estas no tienen ningún sentido, literal la tipa cuenta que quiere volver ilegales a los Supers para siempre, pero esto no tiene coherencia cuando ellos desde un inicio seguían estando escondidos por el Gobierno y solamente cuando su hermano quería legalizarlos fue que tomó represalias contra ellos como venganza por la muerte de sus padres (ya que culpa a los Supers de ser los responsables de este hecho y por tal razón los detesta), lo cual le quita mucha credibilidad a lo que sucede en el filme, ya que sus razones para odiarlos son demasiado pobres hasta para un villano clásico de Disney, porque cualquier persona con dos dedos de frente comprendería que eso no fue culpa de los Supers, el error lo tuvo el padre de Evelyn que se confió demasiado en que no le pasaría nada y por eso lo mataron aquellos ladrones que entraron a su casa, tan simple como eso. En vez de aprovechar esta secuela para hacer algo de mayor calidad que su antecesora, dándole un gran desarrollo a la Familia Increíble, con un villano más carismático e interesante que Síndrome (como el Underminer) y con la posibilidad de una futura parte en donde se dé una conclusión a la saga o incluso hacer una precuela que cuente el pasado de Bob, Helen y el resto de Supers que fueron asesinados, nos dan una trama que se enfoca demasiado en Elastigirl solo como una excusa para que Robert le llegue el turno de cuidar a los niños (deformando al personaje en muchos aspectos), e hizo que integrantes de la familia como Violeta  y Jack Jack (que si bien se les dio más personalidad y relevancia en la historia) se vuelvan personajes increíblemente molestos. Sin embargo, al menos Pixar sabe equilibrar la balanza, pues por cada secuela que solo sirve para entretener, a veces llegan historias de calidad o por lo menos satisfactorias como Toy Story 4, la cual a pesar de que no fue del agrado de muchas personas y algunos la consideran innecesaria, lo que yo suelo hacer con este tipo de trabajos es verlos como un material extendido que no tiene porqué arruinar el significado de la saga, más si esta es un punto de vista alternativo que se tenía sobre personajes como Woody y Bo Beep, dándole otro tipo de conclusión al primero y más caracterización a la última. Algo contrario a este ejemplo son esas sagas de películas que mientras más secuelas vayan sacando sobre estas más decadente se vuelven, como la Era del Hielo, la cual pierde más lógica en su construcción de mundo luego de cada entrega, siendo que en la actualidad es totalmente irreconocible a comparación de la película original, con situaciones excesivamente caricaturescas y ridículas incluso para una película infantil (y ni hablar de cómo involucionan a los personajes principales). No obstante, otras sagas como por ejemplo Cómo entrenar a tu Dragón, sí son un ejemplo de cómo desarrollar de la manera correcta una franquicia, ya que este es un proyecto más humilde en el que los productores sí saben cómo crear una gran historia que es poseedora de personajes memorables con un crecimiento y evolución muy bien trabajados.

Respecto a las sagas de películas Live-actions, si nos enfocamos en franquicias que están diseñadas para no tener un final definitivo, es un hecho que Star Wars con las secuelas de la primera trilogía también perdió mucho de su esencia, pues el supuesto final de la saga es bastante mediocre, puesto que los personajes que parecían interesantes acaban por tener un retroceso en su desarrollo o de plano se terminan por estropear, dando como resultado a que si The Last Jedi tenía muchos problemas en su guión y dirección, El Ascenso de Skywalker es sencillamente atroz, y no solo eso, la faceta de Luke como un ermitaño que renuncia a ser un Jedi si bien tenía su atractivo, esta última etapa del personaje está muy mal escrita, sin mencionar a la Mary Sue que se tiene como protagonista y que puede aprender cualquier cosa relacionada con La Fuerza en un par de minutos o días, cuando se supone que este poder se controla mediante años de puro entrenamiento físico y mental, además que la mera existencia de Rey no tiene un verdadero trasfondo. Por lo que la moraleja de todo esto es que se necesita de personas competentes para dirigir una franquicia tan grande como lo es Guerra de las Galaxias.
Irónicamente, esto fue mejor llevado en el Universo Cinematográfico de Marvel, que a pesar de que la gran mayoría de sus filmes no se caracterizan por tener una escritura asombrosa y destacable, al menos cumplieron en hacer que en End Game los personajes principales tengan una conclusión satisfactoria, emotiva y hasta coherente por todo el desarrollo que tuvieron a lo largo de sus apariciones, con la muerte de algunosel retiro de otrosla continuación de sus aventuras por parte de los que todavía tienen mucho que dar, y la oportunidad de introducir a personajes que se conviertan en los nuevos Vengadores, siendo lo más cercano a una narrativa lineal y sin ningún tipo de reinicio a comparación de lo que suele pasar en el mundo de los cómics.


Habiendo explicado todo esto, llegó la hora de hacer la pregunta que dará cierre a este post.



¿Cuál es la mejor forma de darle una conclusión a un personaje?.



La verdad es que esto depende mucho del tipo de narrativa que se esté utilizando; si hablamos de series en donde los personajes no son realmente profundos y se caracterizan más por su carisma y el Rule Of Cool de sus escenas, entonces lo mejor que se puede hacer con ellos es darles un desarrollo progresivo para que de ese modo no se sientan como iconos unidimensionales, sino más bien, como personajes auténticos que posean diferentes etapas según vayan pasando los acontecimientos de su obra, aunque claro, siempre y cuando no se extienda al punto de que signifique la muerte de toda una franquicia.
Pero si nos referimos a historias con mayor madurez y matices ya es otra cosa, y depende de los temas que se abarquen, por esa razón es que en estos casos se omite la espectacularidad y se reemplaza con escenas dramáticas o de suspenso que signifiquen un gran peso en la trama, y a su vez, un cambio tan drástico en los personajes que una serie de acción pura no podría realizar.


Es por esta incógnita que para mí, la manera en la que un personaje pueda tener una conclusión más que digna, es con el hecho de que la misma debe ser poseedora de un mensaje pragmático que lo haga no solo memorable, sino acreedor de un legado intachable que es prácticamente imposible de repetir, un estilo de escritura que es tan propio, que solamente el mismo autor puede alcanzar semejante calidad en su ejecución. Esta es la metodología a la que recurren autores como Vince GilliganAlan Moore y Cory Balrog, quienes poseen una enorme capacidad para hacer historias en las que a diferencia de cualquier obra estándar, no dejan nada que desear y se refleja al máximo todo el potencial de las mismasaprovechando sus estilos para introducir a personajes únicos y complejos que cumplen a la perfección las características suficientes para ser empáticos con el públicopues estos autores están conscientes de que no importa lo poderoso, malvado o corrupto que pueda ser un personaje, mientras tenga un desarrollo consistente y realista a nivel humano, es suficiente para hacer que su conclusión sea tan excelente que todo aquello que lo rodea esté tan bien argumentado, que pasa a transformarse en una exhibición de lo que realmente se necesita para abarcar un tema tan complicado como lo es el desarrollo de personajes, y que se sienta como una historia de la que se puede sacar una moraleja, en lugar de una pérdida de tiempo en donde las mejores oportunidades se sintieron desperdiciadas.


Porque es cierto que todo lo bueno debe tener un final, pero eso no significa que su final tenga que estar mal construido.



Bueno, eso es todo lo que tengo que decir sobre este tema.
Espero que este análisis les parezca entretenido, y será hasta la próxima.
Cuídense y hasta luego amigos, sé que si nos apoyamos mutuamente podremos salir muy bien de la situación actual.